Ni Page manda en los diputados nacionales del PSOE, ni Núñez manda en los del PP

Por mucho que lo repita el Partido Popular, Emiliano García-Page no manda en los diputados nacionales del PSOE elegidos por Castilla-La Mancha. El presidente de la región y secretario regional socialista puede y debe tener su propio criterio sobre cualquier asunto de política nacional. Puede, si sus convicciones e incluso si sus intereses políticos se lo piden, expresar sus ideas como lo ha hecho en los últimos meses sobre la amnistía, sobre los nacionalismos insolidarios o sobre cualquier decisión que adopte el gobierno del Estado, aunque el presidente Sánchez milite en su mismo partido. Las opiniones de García-Page tendrán su respuesta en función de otros criterios de miembros del PSOE, también legítimos. 

En el Partido Popular nacional y regional han visto un filón en estas diferencias de criterio entre Page y el PSOE nacional y, dentro de su permanente y única política de acoso al gobierno de Pedro Sánchez, lanzan la idea de que el líder castellanomanchego debe obligar a los diputados nacionales socialistas por Castilla-La Mancha a que voten en el Congreso en contra de esta y otras decisiones del gobierno de coalición y del PSOE. Pero en los diputados socialistas por la región no manda ni Page ni, mucho menos, Paco Núñez ya que deben responder ante ellos mismos, ante sus electores y ante las decisiones de su partido político.

Vamos a imaginar que alguien le pide al presidente regional del PP, Paco Núñez, que hubiera ordenado a los diputados de su partido en el Congreso que votaran a favor de medidas sociales como la subida del Salario Mínimo, la actualización de las pensiones con el IPC, la equiparación de los permisos de paternidad y maternidad, la ley de la vivienda, o el impuesto especial a la banca y a las grandes eléctricas. Los diputados del PP nacional votaron en contra de todas esas medidas, igual que antes lo hicieron contra importantes derechos de los ciudadanos como el divorcio, el aborto o el matrimonio homosexual que, además, recurrieron a los tribunales. 

Puede que Paco Núñez estuviera a favor de todas esas medidas o de alguna de ellas, pero a nadie se le ocurriría pedirle que obligara a los diputados nacionales por Castilla-La Mancha a cambiar su voto para favorecer a gran parte de los ciudadanos y para normalizar temas que con el tiempo se han demostrado evidentes y de los que ellos mismos se han beneficiado.

No, ni Page, ni Paco Núñez pueden obligar a los diputados nacionales de su partido a votar lo que ellos quieran y mucho menos si el interés parte del otro partido político. Los diputados nacionales socialistas por Castilla-La Mancha no van a votar lo que diga Paco Núñez.

elObservadorDCLM